HISTORIA DEL ARTE

Arquitectura

Las dos características principales de la arquitectura gótica son el arco ojival y la bóveda de crucería. Este arco tiene la ventaja sobre el de medio punto, usado en el románico, que reparte mejor las cargas y ello permite hacer edificios más altos y abrir huecos grandes en los muros. Pero tanto el arco ojival como la bóveda de crucería se conocían con anterioridad. Si empiezan a usarse ahora de forma casi exclusiva es porque la nueva sociedad exigía un nuevo de tipo de iglesias más acordes con la nueva forma de entender la religión. Las nuevas iglesias tenían que ser verticales y luminosas, distintas por tanto a las románicas, en las que predominaba la horizontalidad y la oscuridad. Usando arcos ojivales y bóvedas de crucería, los arquitectos del Gótico idearon un sistema en el que los soportes están repartidos y las cargas están distribuidas racionalmente. Ahora, el espacio interno está más lleno de aire que de masa, y los edificios se elevan mucho, con la idea de simbolizar la ascensión al cielo. Esta búsqueda de altura produjo unos interiores elevadísimos en los que el hombre se sentía muy pequeño. Pronto se pasó de los 33 m. de altura de la Catedral de NotreDame (París) a los 42 de la de Amiens o a los 48 de Beauvais. Las fachadas contribuyeron también a que los edificios dieran sensación de elevarse hasta el cielo. Solían tener dos torres gemelas, cubiertas por pináculos. La Catedral de Colonia llega a los 157 m. de altura, y la de Ulm, a los 197 (terminó de construirse en el siglo XX sobre planos del XV).

Las plantas son de tres o cinco naves :

Los transeptos y cruceros adquieren gran desarrollo. A menudo, ellos mismos se dividen en tres naves y sus extremos se convierten en auténticas fachadas complementarias. Normalmente, el altar se situaba al este, para identificar a Dios con el símbolo del Sol naciente.

La zona del altar se rodea de una amplia girola o deambulatorio, detrás del cual se sitúan las llamadas capillas radiales, con sus propios altares. Con frecuencia, estas capillas son costeadas por familias poderosas que quieren tener su propio espacio en la catedral.

El soporte típico es el pilar fascicular, un grupo de columnillas que conectaban con los nervios de las bóvedas.

Era esta una estructura en la que quedaba claro lo que eran elementos sustentantes y elementos sustentados (paredes y plementería de las bóvedas). Los gruesos muros románicos habían desaparecido. El muro gótico solo sirve para cerrar los espacios existentes entre los soportes, que son reforzados en los puntos débiles por contrafuertes y arbotantes. Si los muros no sirven para sostener el edificio, es posible abrir en ellos amplios huecos y rellenarlos con vidrieras, lo que permitirá que la luz inunde el edificio y recuerde a los fieles el fulgor de la Luz divina. Y pensemos que se trata de una luz modificada por los colores y las formas de los cristales. Puede ser cierto, por tanto, lo que algunos observadores han dicho de que, más que el arco apuntado, la esencia del Gótico, esa luz a veces mágica que se filtra a través de las vidrieras.

Pintura

Las catedrales góticas tenían más ventanas y, por tanto, menos hueco para la pintura mural. Tengamos en cuenta, no obstante, la excepción de Italia. Esto permite un desarrollo muy importante de la pintura sobre tabla, que con el tiempo adoptará forma de tríptico (tres partes) o de políptico (cuatro o más partes). La culminación será el retablo: combinación de numerosas tablas, que incluye esculturas y que se coloca como decoración del altar.

Partes de un retablo:

Nivel inferior, denominado predela o bancal

Por encima, los elementos horizontales se denominan cuerpos y se separan entre sí con arquillo o doseletes.

Los elementos verticales, calles, de las que suele ser más ancha la calle central. Todo el retablo se rodea de una moldura o guardapolvo. La técnica utilizada para la pintura sobre tabla fue el temple. Usaban como aglutinantes el huevo o huesos de animales molidos.

La iconografía se enriquece con nuevos temas: Se multiplican las imágenes de santos, por su papel como mediadores entre Dios y los hombres. La Leyenda Áurea, como en la escultura, será una importante fuente de inspiración.

La Naturaleza adquiere cierta importancia, gracias a la influencia de los franciscanos. Así, el Paraíso se presentará como un jardín lleno de flores; y el Infierno, como un lugar tenebroso lleno de espinos. El Calvario y la Crucifixión de Cristo serán también temas frecuentes en los pintores góticos. Los caballeros, que representan en esta época el modelo de valor humano.

Aparece el retrato, lo que implica una personalización e individualización de las imágenes.

Los pintores de la Edad Media trabajaban a la “maniera greca”, es decir sometiéndose a los usos del mundo bizantino. Su formación se limitaba a aprendes a pintar unos modelos que luego encajaban en marcos y escenas diversos.

Esta tendencia comenzó a romperse en Italia a finales del siglo XIII. La ruptura con la tradición dará lugar a la “maniera latina”. Lo mismo, pero aplicado a la literatura, fue calificado por Dante como “doce stil nuovo”.

Escultura

La escultura gótica es el estilo escultórico que corresponde al periodo gótico del arte occidental, y por tanto se extiende desde finales del siglo XII hasta comienzos del siglo XV por la Europa Occidental cristiana. Este estilo que permaneció durante tres siglos aproximadamente en apogeo, nació en dos lugares de gran prestigio religioso, político y cultural la Basílica de Saint Denis y la catedral de Chartres pertenecientes a la Isla de Francia.

Fue un tipo de escultura que evolucionó a partir de la románica y que más adelante se «disolvió» en lo que sería la escultura del renacimiento y el manierismo. Durante el renacimiento —cuando los valores clásicos fueron reconsiderados de nuevo—, la escultura de los siglos inmediatamente anteriores era considerada como grosera y basta y se la llamó «gótica», ya que se creía que era fruto de la cultura de los godos, unos bárbaros responsables de la desaparición del Imperio romano. Pero nunca los que vivieron en la época gótica hicieron servir esta denominación, ni mucho menos, se consideraban bárbaros. Al contrario, la aparición del arte gótico fue visto como una innovación y fue nombrado opus modernum ( obra moderna), siendo la escultura una de sus expresiones más importantes. Sin embargo, esta valoración negativa se prolongó hasta mediados del siglo XIX, cuando surgió un movimiento revivalista, llamado neogótico, que hizo recuperar sus valores. A pesar de saber que el arte gótico no tenía nada que ver con los godos, se mantuvo el nombre, seguramente, por tantos años de uso.​

La escultura gótica nació estrechamente vinculada a la arquitectura, como se observa en la decoración de las grandes catedrales y otros edificios religiosos, pero con el tiempo fue ganando independencia. Durante una primera etapa se cultivó un estilo austero, estilizado, de proporciones alargadas y con una apariencia general hierática, que quería transmitir espiritualidad, alejándose de la anatomía real de un cuerpo. Pero pronto evolucionó hacia un naturalismo más grande, hacia el realismo, a partir de una absorción progresiva de influencias clásicas y una observación más profunda de la naturaleza. A pesar de tratarse de forma independiente, la escultura gótica, incluso en sus etapas finales, continuó estando integrada a la decoración arquitectónica